miércoles, 4 de diciembre de 2013

Poema urgente

NO pronuncies gestos ni palabras.
No diluyas dotes de ladrillo:
el agua, el viento, la madera
los sueños, la piedra y el martillo
son signos glaucos de la vida
que no requieren comprensión ni olvido.
No pienses:
no hay sinapsis en vigencia.
Vencieron los plazos
y los buitres caminan lo que no pueden volar.
No me des la paz que no te pido
ni la guerra que puedo generar por cuenta propia.
Dame de vos lo más prohibido,
aquello que intuyo estás negándome:
tu fuerza brutal de cataclismo,
tu ronca raíz de remordimientos,
el fatal infortunio de tus días,
la fe que no tienes ni te inventas,
el plomizo ritual de tu rutina,
la asfixia venenosa que desgarra tu silencio,
el temible despertar de tu conciencia,
los trazos grotescos de tu infierno,
tu pobre lucidez de madrugada,
tus giros idiomáticos traviesos,
tu caos, tu insolencia, tu resaca,
tus afiebradas tormentas,
tus castillos de arena casi en ruinas,
tus furiosos dragones lanzallamas.
Dame de vos lo que no quieras darme.
No te protejas de mí, no te me escondas
Porque antes de desconocerte por completo,
tengo urgencia de aprenderte de memoria.
Por Raquel Garzón

domingo, 27 de octubre de 2013

686

Dicen que El tiempo cura -
Pero nunca ha curado -
Un sufrimiento real se hace más tenso
Como sucede a los Tendones con la edad -

El Tiempo es la Prueba del Desasosiego -
Mas no el Remedio -
Y si tal cosa prueba, también prueba
Que no hubo Enfermedad -
Por Emily Dickinson

domingo, 15 de septiembre de 2013

Hablándole a la pena

Ah, Pena, no debería tratarte
como a un perro sin dueño
que viene hasta mi puerta
por un mendrugo, o un hueso pelado.
Debería confiar en tí.

Debería convencerte
de que entres en mi casa y darte
tu propio rincón,
una alfombra raída donde echarte,
tu propio plato de agua.

Crees que no sé que has estado viviendo
bajo mi portal.
Anhelas que tu lugar definitivo esté listo
antes que llegue el invierno. Necesitas
tu nombre,
tu collar y medalla. Necesitas tener
el derecho de espantar a los intrusos,
para considerar tuya
a mi casa
y a mí tu persona
y a tí misma
mi perro.

Por Denise Levertov

jueves, 12 de septiembre de 2013

No te pongas bravo, poeta

La vida paga sus cuentas con tu sangre
y tú sigues creyendo que eres un ruiseñor.

Cógele el cuello de una vez, desnúdala,
túmbala y haz en ella tu pelea de fuego,
rellénale la tripa majestuosa, préñala,
ponla a parir cien años por el corazón.

Pero con lindo modo, hermano,
con un gesto
propicio para la melancolía.
Por Roque Dalton

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Noche nupcial

Este mundo con trenes que, al alejarse, dejan 
como un escalofrío recorriendo el paisaje. 
Este mundo con hadas y unicornios 
que gobiernan mi piel y viven en tus manos.

El mundo que no existe.

Hoy duermes junto a mí y brillas en la noche, 
estatua blanca en el jardín de un sueño.

Mañana no estarás o serás otra. 
Mañana, cuando mates ángeles y sirenas. 
Mañana, cuando quemes nuestros bosques.

Yo me esconderé en ti como un centauro herido: 
El último centauro, el que recuerda 
su mundo azul desde una gruta oscura.

Quién será esta mujer a quien hoy doy mi vida.

Por Benjamin Prado

lunes, 2 de septiembre de 2013

Pájaro azul

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?

hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.

luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?


Por Charles Bukowski

jueves, 15 de agosto de 2013

Al espejo retrovisor de un coche

Tú eres el corazón con lo vivido,
en ti está lo que atrás vamos dejando,
lo que hemos ido con pasión amando,
definitivamente ya perdido,
en ti vemos las gracias que se han ido,
los paisajes y el cielo del ayer,
cuando las cosas que ahora sigues recordando
flotan sobre las aguas del olvido,
pero vives y estás, claro y pequeño,
miras aquellos prados, aquel sueño tan lejano,
las rosas de aquel día,
crees que puedes cambiar toda la suerte y,
aunque vamos derechos a la muerte,
vives de lo pasado todavía.

Por José García Nieto

lunes, 15 de julio de 2013

Los perros románticos

En aquel tiempo yo tenía veinte años
y estaba loco.
Había perdido un país
pero había ganado un sueño.
Y si tenía ese sueño
lo demás no importaba.
Ni trabajar ni rezar
ni estudiar en la madrugada
junto a los perros románticos.
Y el sueño vivía en el vacío de mi espíritu.
Una habitación de madera,
en penumbras,
en uno de los pulmones del trópico.
Y a veces me volvía dentro de mí
y visitaba el sueño: estatua eternizada
en pensamientos líquidos,
un gusano blanco retorciéndose
en el amor.
Un amor desbocado.
Un sueño dentro de otro sueño.
Y la pesadilla me decía: crecerás.
Dejarás atrás las imágenes del dolor y del laberinto
y olvidarás.
Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen.
Estoy aquí, dije, con los perros románticos
y aquí me voy a quedar.
 


Por Roberto Bolaño

domingo, 30 de junio de 2013

Despedida de un paisaje

No le reprocho a la primavera 
que llegue de nuevo. 
No me quejo de que cumpla 
como todos los años 
con sus obligaciones. 

Comprendo que mi tristeza 
no frenará la hierba. 
Si los tallos vacilan 
será sólo por el viento. 

No me causa dolor 
que los sotos de alisos 
recuperen su murmullo. 

Me doy por enterada 
de que, como si vivieras,
la orilla de cierto lago 
es tan bella como era. 

No le guardo rencor 
a la vista por la vista 
de una bahía deslumbrante. 

Puedo incluso imaginarme 
que otros, no nosotros, 
estén sentados ahora mismo 
sobre el abedul derribado. 

Respeto su derecho 
a reír, a susurrar 
y a quedarse felices en silencio. 

Supongo incluso 
que los une el amor 
y que él la abraza a ella 
con brazos llenos de vida. 

Algo nuevo, como un trino, 
comienza a gorgotear entre los juncos. 
Sinceramente les deseo 
que lo escuchen. 

No exijo ningún cambio 
de las olas a la orilla, 
ligeras o perezosas,
pero nunca obedientes. 
Nada le pido 
a las aguas junto al bosque, 
a veces esmeralda, 
a veces zafiro, 
a veces negras. 

Una cosa no acepto. 
Volver a ese lugar. 
Renuncio al privilegio de la presencia. 

Te he sobrevivido suficiente 
como para recordar desde lejos.

Por Wislawa Szymborska
 

miércoles, 26 de junio de 2013

Meditación idiota a la hora de acostarse solo


Si has dicho, y repetido en tantas ocasiones,
que tu único amor es una maleta,
por qué te quejas y protestas
mientras miras el techo sobre tu cama solitaria.
Víctima, juez, y al final verdugo,
aún puedes sentir que te estremeces porque alguien te quiere,
pero tú elegiste, en cierto modo, ese destino,
y ahora debes pagar el precio.
Tú, que pronunciaste<< te quiero>>, tantas veces,
para reírte luego de tu propia frase,
¿qué esperas?, ¿a quién pides en vano?
Si cuando encuentras a alguien que comparte tus días,
tus noches más terribles, tu suma de fracasos,
te da miedo decirle <<sigamos juntos para siempre>>
aunque sea una frase, aunque no te lo creas,
¿qué final es el tuyo?, ¿qué es lo que aguardas?
Y si también te quejas de las grotescas farsas
que a menudo, inútiles, construyes
con frívolas historias, palabras mercenarias,
¿qué pretendes?,¿que pides a la vida?
La vida no es un juego, debiste comprenderlo,
y si hay algo muy claro es que has envejecido.
Confórmate y aguanta, y no pidas milagros,
que el vodka te acompañe al silencio y al sueño.
A los pies de tu cama, como una perra en celo,
la muerte, desvelada, te da las buenas noches.

Por Juan Luís Panero

domingo, 2 de junio de 2013

Te quiero porque tienes


Te quiero porque tienes
las partes de la mujer en el lugar preciso
y estás completa.
No te falta ni un pétalo,
ni un olor, ni una sombra.

Colocada en tu alma,
dispuesta a ser rocío en la yerba del mundo,
leche de luna en las oscuras hojas.
Quizás me ves,
tal vez, acaso un día,
en una lámpara apagada,
en un rincón del cuarto donde duermes,
soy la mancha, un punto en la pared,
alguna raya que tus ojos, sin ti,
se quedan viendo.

Quizás me reconoces
como una hora antigua
cuando a solas preguntas, te interrogas
con el cuerpo cerrado y sin respuesta.

Soy una cicatriz que ya no existe,
un beso ya lavado por el tiempo,
un amor y otro amor que ya enterraste.
Pero estás en mis manos y me tienes
y en tus manos estoy, brasa, ceniza,
para secar tus lágrimas que lloro.

¿En qué lugar, en dónde, a qué deshoras
me dirás que te amo? Esto es urgente
porque la eternidad se nos acaba.
Recoge mi cabeza. Guarda el brazo
con que amé tu cintura. No me dejes
en medio de tu sangre en esa toalla.


Por Jaime Sabines

viernes, 31 de mayo de 2013

Fecha de caducidad

Todos los productos tienen fecha de caducidad:
los mejillones en conserva, las tortillas precocinadas
y nosotros dos.
Las impresoras son diseñadas para que a los tres años,
ellas solitas, se rompan.
No hay sombrilla que dure dos veranos.

Pero como «el amor es eterno mientras dura»:
¡carpe diem esta batidora! ¡carpe diem este radiador!
Son las cosas de Adam Smith.

Con nosotros pasa algo parecido.
Así que no pierdas demasiado tiempo mirando el reverso
y elígeme. No necesitas tarjeta de fidelidad.
Ya sabes donde estoy:
soy hermano de sangre de los productos
que pueblan las baldas más bajas de los supermercados,
aquellos que no importa que se rompan
con el beso de las ruedas trucadas de los carritos.

Ven a por mí antes de que me rescate la comida congelada.
Bésame de lleno en los veinte años antes
de que me funda la inocencia en las tragaperras.

Ven y fóllame, corazón,
—porque follar no es malo—
antes de que desaparezcan las cabinas telefónicas
y las llamadas a números que recuerdas de memoria.
Antes de que el amor se me cure
o me caduquen las ganas entre los dedos.

Fóllame, corazón,
antes de que esta fiebre se autodestruya en 3, 2, 1…



Por Julio Béjar

martes, 28 de mayo de 2013

I

M'has dit que vols saber la meua edat:

Jo visc només des del dia que et vaig
temptar els pits i les cuixes al cine
-el Metropol: ho recorde ben bé-
i vaig sentir, agraïda, una mà
que vacil·lant també em cercava el cau.
Des de llavors comencen els meus dies.
Tu deus saber quina és la meua edat.

T'estime molt. Sense tu no sé viure
ni sé que fer amb aquest tros de carn
a l'engonal, que de sobte se'm dreça
iradament, imperativament.

Vicent Andrés Estellés

miércoles, 15 de mayo de 2013

Por encima de su vestido luce el cuerpo de ella

El cuerpo de la mujer está tan repujado
como mi cráneo
Gloriosa
Si encarna con genio
El oficio de las costureras es ridículo
Al igual que el estudio de la inteligencia
Mis ojos son balanza que sopesa la
sensualidad de las mujeres
Todo lo que se derrama con ímpetu
en la profundidad
Las estrellas que penetran el cielo y
los colores
La desvisten
“Por encima de su vestido
el cuerpo de ella”
Por encima de los brazos brezos manos
lunas y pistilos cuando el agua corre
desde sus claros omóplatos por su espalda
Su vientre es un disco móvil
Dos capullos sus pechos que pasan
bajo el puente del arco iris
Vientre
Disco
Sol
Por sus muslos se deslizan
coloridos gritos perpendiculares
“Espada de San Miguel”
Las manos se tienden
Ahí está en la maleza la bestia todos los
ojos todas las fanfarrias todos los
pasos del baile Bullier
Y en la cadera
La firma del poeta

 
Por Blaise Cendrars

jueves, 9 de mayo de 2013

Desnuda


Amo tu desnudez
porque desnuda me bebes con los poros
como hace el agua cuando entre sus paredes me sumerjo.
Tu desnudez derriba con su calor los límites,
me abre todas las puertas para que te adivine,
me toma de la mano como un niño perdido
que en ti dejara quietas su edad y sus preguntas.
Tu piel dulce y salobre que respiro y que sorbo
pasa a ser mi universo, el credo que me nutre,
la aromática lámpara que alzo estando ciego
cuando junto a las sombras los deseos me ladran.
Cuando te me desnudas con los ojos cerrados
cabes en una copa vecina de mi lengua,
cabes entre mis manos como el pan necesario,
cabes bajo mi cuerpo más cabal que su sombra.
El día en que te mueras te enterraré desnuda
para que limpio sea tu reparto en la tierra,
para poder besarte la piel en los caminos,
trenzarte en cada río los cabellos dispersos.
El día en que te mueras te enterraré desnuda
como cuando naciste de nuevo entre mis piernas.
 

Por Roque Dalton

viernes, 3 de mayo de 2013

Quiero

Quiero hacer que te olvides de tu nombre
en mi cuarto en mis brazos
quiero amarte
quiero romper al fin
vencer tu piel
y meterme en tu sangre para siempre.
Quiero que hagamos uno
ser tú mismo
enseñarte una última caricia
envolverte cegarte
obedecerte.
Quiero hacerte gemir
quiero quebrarte
deshacerte de ti
anonadarte
que no sepas
no seas
que te entregues
que te olvides
que acabes
que te mueras.


Por Idea Vilariño

miércoles, 24 de abril de 2013

Este sabor de lágrimas


Gris y más gris. No estás, y yo estoy triste
de una tristeza apenas explicable
con palabras, y de una imperturbable
soledad, que por ti nace y existe.

Siempre de gris, mi corazón se viste:
polvo y humo, ceniza abominable,
y la envolvente bruma irrenunciable
que estaba ayer. Y hoy. Y que persiste.

Gris a mí alrededor. Contra mi mano
la nube espesa se va abriendo en vano
porque el fuego que soy, no está encendido

y hay niebla en lo que miro y lo que toco.
Ah, yo no sé... Tal vez te odio un poco
porque está gris, y llueve, y no has venido.
 


Por Julia Prilutzky Farny