miércoles, 4 de septiembre de 2013

Noche nupcial

Este mundo con trenes que, al alejarse, dejan 
como un escalofrío recorriendo el paisaje. 
Este mundo con hadas y unicornios 
que gobiernan mi piel y viven en tus manos.

El mundo que no existe.

Hoy duermes junto a mí y brillas en la noche, 
estatua blanca en el jardín de un sueño.

Mañana no estarás o serás otra. 
Mañana, cuando mates ángeles y sirenas. 
Mañana, cuando quemes nuestros bosques.

Yo me esconderé en ti como un centauro herido: 
El último centauro, el que recuerda 
su mundo azul desde una gruta oscura.

Quién será esta mujer a quien hoy doy mi vida.

Por Benjamin Prado

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