miércoles, 23 de noviembre de 2016

Haciendo nada

Sentarse en la acera,
Tocar la armónica, mendigar,
Recordar lo bueno que hubo,
Silbar. Comprar cigarrillos.
Notar el sol en el rostro,
Deshacer el humo con los dedos
como los jirones de todos los planes futuros.
Dejar que la tarde se deslice hacia el ocaso
Y que la noche nos encuentre fumando y recordando
Lo que hicimos bien, lo que hicimos mal
Por qué fuimos tan lejos
Y por qué volvimos.
Contar los coches y las chicas
Limpiarse las lágrimas en el abrigo
Sonreír al paso o cantar un blues de Missisipi.
Tal vez adormecerse, buscarse algo en los bolsillos,
Volver a perder, y levantarse,
Echar andar. Ir a los sitios que ya no frecuentamos
donde reíamos con amigos a los que ya no vemos
Notar cómo el frío se lleva los días
y trae otros días de lamé dorado
Mirar al cielo y ver las nubes
y luego las estrellas y pararse y darse de cuenta
de que no son las mismas cada noche
sino vidrios enjoyados para todos los borrachos,
para los perdedores, para quien quiera verlas..
Dar un paseo de vuelta a casa o no volver a casa
Disfrutar de la agradable brisa, de la ciudad, de la noche
De todo lo que gira alrededor como si fuésemos
el centro del mundo.
Regresar con los amigos, beber, besar a las damas, bailar
Estar agradecido por estar aquí, por estar ahora
aún con un montón de cosas de las que reír,
Por un montón de historias que contar,
Y algunas cicatrices, tan viejas como la memoria,
Que pican cuando va a llover
Y saben a sal.
Por Andrés Malpaso

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Costumbres

no es para quedarnos en casa que hacemos una casa
no es para quedarnos en el amor que amamos
y no morimos para morir
tenemos sed y
paciencias de animal
Por Juan Gelman

lunes, 7 de noviembre de 2016

Ausencia de amor

Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.

Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobre cristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.

Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.

Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano.
Por Juan Gelman