domingo, 31 de marzo de 2013

Midas

A todos los que habéis sentido
el dolor de la distancia.

Si ésta, la soledad, es transitoria,
también de paso va la compañía,
inútil anhelar que cualquier día
nos llegue al corazón firme memoria.

Es difícil tejer sólida historia
de imposible amasar con alegría,
no es la vida continua algarabía
ni canjilón monótono de noria.

Hay que darle al momento lo que pida
sin esperar jamás chorro constante
que mitigue la sed del alma ardiente.

De momentos de hacer se hace vida
porque un sorbo de luz dura un instante,
y el que afirme lo eterno, miente, miente.


Por Marina Romero Serrano

sábado, 23 de marzo de 2013

Canción desde el acuario

Salmo 5

He apurado la copia hasta el fondo. Es decir, he sido seducido.
Era un niño, y me amaron.
El mundo se desesperaba, pues yo me mantenía puro. Ella
se revolcó por el suelo ante mí, con miembros tiernos
y atrayente trasero. Me mantuve firme.
Para calmarla, cuando se excitó demasiado, yací con ella
y me volví impuro.
El pecado me satisfizo. La filosofía me ayudaba al amanecer,
cuando velaba. Me convertí en lo que querían.
Miré largo tiempo hacia arriba y pensé que el cielo estaba
triste sobre mí. Pero veía que le era indiferente.
Él se amaba a sí mismo.
Ahora hace tiempo que me ahogué. Yazgo hinchado sobre
el fondo.
Los peces viven dentro de mí. El mar se está agotando.





Por Bertolt Brecht

lunes, 11 de marzo de 2013

Si su coño cantara


La mañana se abre con una puerta de pájaros.
Cuando el umbral se llena de luz
Y ella canta por detrás, yo digo:
“Ella es la diosa de los graznidos de las cabras.”
Rebuzna y berreo
Mientras amamanta al sebo de su tripa,
Llora a mandíbula batiente hebras de tabaco:
No puede con la soledad de la calle,
Nada y nadie, espinazo de perro y ladrillo.
Grazna y a mí se me hinchan los testículos
Al recordar su boca apretada a mi boca
Y la señal de mi mano a fuego en su brazo
Pidiéndole que aquel día su vagina
Me dejara decirle al oído este secreto:
“Solamente tú sabes estremecer la bóveda celeste.”


Si su coño cantara
Sería el señor de los ruiseñores


Por Guillermo Fernández Rojano 

viernes, 8 de marzo de 2013

Necrofilia


El acto del amor es lo más parecido
a un asesinato.
En la cama, en su terror gozoso, se trata de borrar
el alma del que está,
hombre o mujer,
debajo.
Por eso no miramos.
Eyacular es ensuciar el cuerpo
y penetrar es humillar con la
verga la
erección de otro yo.
Borrar o ser borrados, tanto da, pero
en un instante, irse
dejarlo
una vez más
entre sus labios.


Por Leopoldo María Panero