miércoles, 26 de junio de 2013

Meditación idiota a la hora de acostarse solo


Si has dicho, y repetido en tantas ocasiones,
que tu único amor es una maleta,
por qué te quejas y protestas
mientras miras el techo sobre tu cama solitaria.
Víctima, juez, y al final verdugo,
aún puedes sentir que te estremeces porque alguien te quiere,
pero tú elegiste, en cierto modo, ese destino,
y ahora debes pagar el precio.
Tú, que pronunciaste<< te quiero>>, tantas veces,
para reírte luego de tu propia frase,
¿qué esperas?, ¿a quién pides en vano?
Si cuando encuentras a alguien que comparte tus días,
tus noches más terribles, tu suma de fracasos,
te da miedo decirle <<sigamos juntos para siempre>>
aunque sea una frase, aunque no te lo creas,
¿qué final es el tuyo?, ¿qué es lo que aguardas?
Y si también te quejas de las grotescas farsas
que a menudo, inútiles, construyes
con frívolas historias, palabras mercenarias,
¿qué pretendes?,¿que pides a la vida?
La vida no es un juego, debiste comprenderlo,
y si hay algo muy claro es que has envejecido.
Confórmate y aguanta, y no pidas milagros,
que el vodka te acompañe al silencio y al sueño.
A los pies de tu cama, como una perra en celo,
la muerte, desvelada, te da las buenas noches.

Por Juan Luís Panero

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