resueltos sobre el mapa, desde sabias disposiciones,
desde ángulos de elevación y de tiro;
llega inocente desde artilugios que los niños
querrían usar y guardar bajo su almohada,
e inocentemente empala cualquier cuerpo.
Tras la carne cae también la mente,
sale el pensamiento de la mente y se tronchan
los proyectos enfocados a la meta ansiada.
Se detiene el avance del veneno en los nervios.
Colapso de la disciplina.
El cuerpo sólo espera la tolerancia de los cuervos.
Por Charlie Donnelly
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